ENTREGA INMANENCIAS
Tuvimos que expandir todo lo que teníamos en nuestra mente. Contar, expandir y no repetir lo que sentíamos y veíamos de Gilda.
Estábamos ancladas en lo que ya habíamos hecho y tuvimos una cierta dificultad en poder despegarnos de eso. Pero volviendo a las visitas, a lo grabado, a las charlas y nos dimos cuenta de esas cosas pendientes, que en principio, no pudimos contar.
Posiblemente por nuestra edad y todas las diferencias que ahí se encuentran, nos quedó presente la mesa de té que nos preparó Gilda el primer día que fuimos y lo que nos explicó de ella. Los modales, el deber ser, lo que puede y lo que no puede (y en definitiva, todo lo que ella no pudo ser). Como la mesa de té se suspende y queda flotando, llena, tapada, con cosas por debajo, entramados y texturas. Tal como su vida fue y es.
La pantalla partida con tres planos nos ayudo a contar un lado de Gilda en donde es independiente, empoderada en no necesitar de nadie. Pero debajo de/en otro lado de eso hay una situación de casa fría, un poco tapada, difusa.
2 godox sl60. iluminación natural. maquina de humo. slider. lente sony zeiss 50mm 1.4
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